JUEVES 27 OCTUBRE 2022 I Lo que está ocurriendo con los proyectos de inversión, desarrollo y productivos de nuestro país nos llama a reflexionar sobre el rumbo que debemos forjar en materia de gestión ambiental y social de nuestro país. En los últimos 28 años, desde la dictación de la Ley 19.300 en 1994, hemos ido desarrollando una institucionalidad ambiental cada vez más robusta, introduciéndose mejoras sustanciales en lo relativo a concientización y protección del medio ambiente, tales como el desarrollo normativo ambiental y el desarrollo del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Sin embargo, dicho desarrollo institucional, también ha generado que se hayan priorizado algunas temáticas ambientales, y otras han presentado retrasos a través del tiempo, las que hoy se han transformado en desafíos primordiales para avanzar a un desarrollo sostenible en nuestro territorio, como por ejemplo la evaluación de impactos ambientales sinérgicos, o la dictación de múltiples permisos ambientales y sectoriales para un mismo proyecto.
Es importante destacar, que nuestros Sistemas de Evaluación de Impacto Ambiental y de verificación de cumplimiento han sido un ejemplo para Latinoamérica. Tanto el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) como la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) son referentes a nivel regional en sus respectivas funciones, definidas por la Ley 20.417 de 2010. Sin perjuicio de ello, tampoco hay que olvidar que ya se han cumplido 12 años desde la entrada en vigor de esta norma, y todavía existen tareas pendientes; por ejemplo, el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas.
En el marco de la implementación de esta “Nueva institucionalidad” se ha generado una cantidad de datos, información, estudios y conocimiento, sin precedentes en nuestra historia ambiental. A la fecha existen más de 18 mil RCA aprobadas favorablemente, cerca de 32 mil informes de fiscalizaciones ambientales, más de 110 mil informes de seguimiento de variables ambientales, y aproximadamente 2 mil procedimientos sancionatorios, todos con sus respectivas líneas de bases ambiental y social, revisión de cumplimiento y/o análisis de efectos ambientales, lo que debiera constituir la principal fuente de información y conocimiento del ambiente a nivel país. Si a ello sumamos el trabajo de otros organismos, como el SAG, la DGA, el SERNAPESCA, entre otros, podríamos tener una de las mayores fuentes de información ambiental del continente.
Sin embargo, todos estos antecedentes han quedado almacenados en documentos físicos y digitales en las diferentes instituciones, sin articulación, sincronización e interoperabilidad, lo que ha impedido avanzar en el diseño de criterios e información que permitan dar certeza, por ejemplo, a los distintos actores que forman parte de un procesos de evaluación ambiental, o a los terceros interesados en los procesos de verificación de cumplimiento, así como también en aquellos responsables en la identificación de zonas con altas cargas ambientales, que requieren planes de gestión territorial.
No podemos quedarnos solamente en reclamos, y debemos ser parte de la búsqueda de una solución o contribución para mejorar el estado y desempeño ambiental en nuestro país, y así aportar al reforzamiento de la institucionalidad ambiental. Con esta orientación, en ECOS Chile hemos definido como parte de nuestra forma de trabajar, el uso de la información ambiental como una de las principales herramientas a utilizar en el desarrollo de nuestros servicios, los que se basan en el procesamiento de datos e información, diseño y desarrollo de metodologías, así como de herramientas tecnológicas; todo ello con el propósito de apoyar a nuestros clientes en asegurar la continuidad operacional de sus proyectos, mediante el cumplimiento de sus metas ambientales y sociales. A través de estas herramientas, buscamos dar certeza en la evaluación de impacto ambiental y en la gestión de cumplimiento de obligaciones, entendiendo dicho proceso como un Sistema Inteligente de Apoyo a la Decisión Ambiental.
Consideramos que, en la medida que se conozcan y apliquen de forma adecuada y uniformemente estos elementos técnicos, se propicia un escenario de mayor claridad, confianza y seguridad en los procesos de evaluación ambiental, originando, consecuentemente, una promoción del cumplimiento normativo y una reducción de impactos y afectación ambientales en nuestro planeta.
Iván Honorato
Senior
Ingeniero Ambiental UV; Máster en Contaminación y Toxicología Ambiental de la Universidad del País Vasco, España, Máster en Gobernanza de Riesgo y Recursos Naturales de la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Solicita nuestra compilación de criterios, guías, permisos y resoluciones asociadas a la evaluación de impacto ambiental, con sus correspondientes enlaces, especialmente dirigida a los responsables de proyectos de inversión sometidos a evaluación ambiental.
(carolina.moya@ecos-chile.com)