MARTES 8 AGOSTO 2023 I
Por. Iván Honorato Vidal, socio senior
No cabe duda de que las actividades mineras han estado ligadas al desarrollo de nuestros pueblos originarios y país, desde sus inicios, con un fuerte y sostenido impulso en los últimos 200 años, por lo que no podemos hablar del futuro sin considerar los hechos del pasado, tales como los auges de la minería de oro, plata, carbón, salitre y cobre, que movilizaron a miles de personas a diferentes territorios del país. Entre los principales ejemplos, podemos destacar el caso de los lavaderos de oro en el Marga Marga, salitre en la zona norte del país, el carbón en el caso de Lota en el Biobío, en cobre en Calama y Coya respectivamente, por dar algunos ejemplos, que sin duda contribuyeron al desarrollo de nuestro país. Sin embargo, estas mismas iniciativas fueron dejando vestigios en sus territorios, así como también pasivos ambientales, afectaciones al paisaje y recursos naturales, pérdidas de biodiversidad, que debemos considerar para generar estrategias para nuestra minería del futuro.
En la actualidad, y según datos del Ministerio de Minería, Chile es una potencia en materia de producción de varios minerales, ya que somos el primer productor del mundo en materia de cobre, yodo y renio, y en segundo lugar en producción de litio, molibdeno y boro. En materia de cobre, nuestros proyectos producen 5,7 Mton de cobre al año, con un aporte para el año 2020 de 1,7MMMU$$ a las arcas fiscales, lo que ha generado que entre 2010 y 2020, el sector aportará cerca del 9,3% del ingreso fiscal del país (Ministerio de Minería, 2023). Sin embargo, existen varios factores que están poniendo en riesgo la posición que tiene nuestro país en el escenario mundial, como ha sido la pérdida de crecimiento en producción, pérdida de competitividad, los factores climáticos y estrés hídrico, los conflictos con comunidades, la aparición de actores con intereses opuestos a la minería, así como también los factores geopolíticos, que debemos considerar para generar nuestra hoja de ruta hacia futuro. (Fuente: https://www.minmineria.cl/)
A lo anterior, se debe sumar los riesgos globales a los que nos encontramos expuestos, y que han sido reconocidos recientemente por el Foro Económico Mundial, que en su publicación Nº18 de Reporte de Riesgos Globales, se establece que, para los próximos 10 años, los principales riesgos ambientales se vinculan a los impactos promovidos por el cambio climático, la afectación por eventos extremos ambientales, pérdida de biodiversidad y ecosistemas, así como la crisis de recursos naturales, como es el caso del agua principalmente. (fuente https://www3.weforum.org/)
Sin perjuicio de los riesgos a los que nos vemos enfrentados por factores internos y externos, hoy nos encontramos en un escenario favorable para el desarrollo de nuestra minería, ya que la mayoría de los países y organismos internacionales han suscrito una serie de acuerdo internacionales para reducir emisiones, así como para avanzar en el desarrollo de energías más limpias.
Para avanzar en estos objetivos, se debe desarrollar lo que se ha denominado “Tecnologías verdes”, es decir cualquier tecnología creada para ser respetuosa con el medio ambiente en todas sus etapas de desarrollo y operación, las cuales demandan de uso de minerales para su producción, tanto de fuentes primarias (minas) así como de suministro secundario (reutilización o reciclaje). Según el informe del Banco Mundial del 2020, existen 17 minerales que son esenciales para el desarrollo de las energías limpias, siendo 12 los minerales para demandados para los próximos años, ya que por ejemplo las celdas fotovoltaicas demanda de acero, cobre, aluminio, zinc, y en el mismo sentido las baterías requieren de litio, cobalto, níquel, entre otros minerales, por lo que la demanda de estos se incrementará con el paso de los años (Herrington, 2021).
Tabla 1. Incremento de demanda de 10 minerales para el desarrollo de la energía del futuro
Como se puede apreciar las necesidades y desafíos son relevantes, por lo que se ha comenzado a trazar una línea de trabajo en dicho sentido por nuestro país, siendo el mejor ejemplo de esto el desarrollo de la Política Nacional de Minería 2050, Decreto Nº2/2023, que ha establecido los lineamientos estratégicos para el desarrollo de la minería de los próximos 30 años.
Ahora el desafío es cómo generamos las condiciones de desarrollo y gobernanza para que la Gran, Mediana y Pequeña minería se desarrolle, y se ajuste a los principios de desarrollo sostenible, y de esta forma se genere beneficios para todos los actores. No podemos olvidar que en nuestro país existe un gran número de proyectos que no se encuentran regulados ambientalmente, mientras que tenemos 1911 RCA aprobadas ambientalmente a este tipo de iniciativas, siendo el 90,6% reguladas por una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y 9,4% por un Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Del total de proyectos mineros aprobados ambientalmente, se puede indicar que varios han presentado desviaciones a través del tiempo, reconociéndose a la fecha más de 140 procedimientos sancionatorios asociados a proyectos mineros, principalmente por incumplimiento o desviaciones asociados a incumplimientos de compromisos de RCA, Normas de Emisión y denuncias por las comunidades. De esta forma, se hace necesario establecer prioridades para avanzar en un desarrollo del sector en los próximos 30 años. En relación con lo anterior, a continuación, se presentan algunos desafíos en esta materia.
Los ejes estratégicos para la minería para el 2030
- Desarrollo de un modelo de gobernanza con los tomadores de decisión, que establezcan y promuevan la generación de reglas claras y certeras, así como modelo implementación de estas de formato colaborativo entre los diferentes interesados;
- Desarrollo de estrategias de herramientas de relación, cooperación y gestión con comunidades, organizaciones sociales, consejos de cuencas, entre otros;
- Desarrollo de estrategias hídricas de usos de fuentes complementarias (desalinización) y recirculación del agua en sus procesos productivos;
- Satisfacción de demanda de energética a través de la generación de energías renovables, durante las horas de demanda de la minería;
- Generación e implementación de modelos preventivos de cumplimiento ambiental y social;
- Proceso de automatización de sistemas monitoreo y seguimiento ambientales, que fortalezcan la transparencia de información con diferentes actores;
- Desarrollo y establecimiento de indicadores de desempeño ambiental y de reducción de afectación a componentes ambientales;
- Incentivo al proceso de investigación y desarrollo de usos de residuos y derivados asociados a la producción minera.
Los ejes estratégicos para la minería para el 2050
- Desarrollo de nuevos modelos y proyectos mineros que incorporen principios de sostenibilidad ambiental desde su exploración, diseño, desarrollo y cierre;
- Abastecimiento de al menos el 100% de energía de fuentes renovables;
- Abastecimiento de agua de procesos productivos principalmente por fuentes complementarias, y cambio de modelos productivos que reduzcan su consumo;
- Recuperación o reutilización de al menos el 50% de los residuos generados por la minería;
- Información y datos ambientales en herramientas de difusión pública y de fácil acceso, asociado a indicadores de desempeño ambiental;
- Procesos y herramientas tecnológicas que faciliten la gestión de los proyectos, y seguros ante ataques en materia de ciberseguridad;
- Implementación de planes de cierre de faenas mineras 100% controlados y automatizados;
- Recuperación de especies y paisajes afectados por proyectos mineros.